Elementos del Ejército Mexicano realizaron un importante decomiso de droga este sábado 7 de junio en el puesto de revisión militar Cucapah, ubicado en San Luis Río Colorado, Sonora. En el operativo, detuvieron a Israel “N”, conductor de un tractocamión que transportaba más de 500 kilos de cocaína, escondidos dentro de la caja de carga de la unidad.
El tráiler procedía del Estado de México y tenía como destino final la ciudad de Tijuana, Baja California. Según reportes oficiales, la unidad llevaba el logotipo de una empresa comercializadora de dulces, lo que sirvió como fachada para intentar pasar desapercibida.
El operativo en Sonora: inspección clave en el punto fronterizo
Durante una inspección de rutina, soldados del Ejército observaron irregularidades en el tractocamión, lo que los llevó a realizar una revisión minuciosa. Dentro del compartimento de carga, localizaron 503 paquetes que contenían polvo blanco con características similares a la cocaína, con un peso estimado de un kilogramo cada uno.
Tras confirmar la naturaleza del cargamento, las fuerzas armadas procedieron a la detención del conductor, quien fue puesto a disposición de las autoridades correspondientes, junto con el vehículo y la droga asegurada.
Cargamento vinculado al crimen organizado y a empresa de Jalisco
La Mesa Estatal de Seguridad reveló que la droga pertenece presuntamente a un grupo del crimen organizado que opera en la región. Además, el tractocamión estaba registrado a nombre de una empresa dulcera con sede en el estado de Jalisco, lo que indica el uso de compañías legales como pantalla para actividades ilícitas.
Este decomiso forma parte de las acciones coordinadas por las fuerzas armadas en el combate al narcotráfico en la frontera norte del país, donde el trasiego de drogas hacia Estados Unidos continúa siendo una de las principales preocupaciones de seguridad nacional.
Narcotráfico en rutas comerciales: un viejo truco con nueva cara
El caso refuerza una tendencia detectada por autoridades en los últimos años: el uso de vehículos comerciales y empresas legales para transportar droga bajo apariencia de mercancía común. En este caso, una empresa de dulces fue el escudo perfecto para intentar movilizar media tonelada de cocaína sin levantar sospechas y estuvieron muy cerca de lograr su cometido.
