¡Asústese! La Seguridad Militar Estratégica de Estados Unidos está en manos de Elon Musk

Desde naves espaciales, servicios de internet al ejército y hasta ayuda al famoso “Golden Dome”, las empresas de Elon Musk sirven al gobierno de Estados Unidos.

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Escrito por: Armando Guzmán

Donald Trump se quiso deshacer de Elon Musk, pero ni pudo hacerlo, ni debe hacerlo.

Aquí usted va a leer, por primera vez, las razones por las que dos compañías propiedad de Musk, SpaceX y Starlink son hoy, los pilares fundamentales de la defensa estratégica y de las operaciones espaciales de Estados Unidos.

La tecnología de las dos empresas, en siete años, pasó de ser solo una conveniencia descentralizada, a una necesidad estratégica. Estos dos contratistas independientes del gobierno de Washington D. C., están redefiniendo el futuro de la seguridad nacional, pagándole a SpaceX y Starlink, miles de millones de dólares cada día por sus servicios, sus estrategias, y por sus planes. Sí, parece mentira, pero Elon Musk no es solo el hombre más rico del planeta, sino que, puesto como entidad independiente, es después del presidente de Estados Unidos, el hombre cuyo único poder individual domina las estrategias de defensa estadounidenses.

¿Se da usted cuenta de porque Trump no lo puede destruir? Musk es inmensamente poderoso... y también, inmensamente peligroso.

¿Qué servicios brindan las empresas de Elon Musk al gobierno de EU?

Starlink, sus servicios, su organización y su existencia son una necesidad fundamental de la defensa militar de Estados Unidos

En el 2018, el Departamento de Defensa de Estados Unidos empezó a utilizar los servicios comerciales de Starlink.

En el mismo 2018, comenzaron las pruebas militares de la tecnología de internet satelital de Starlink, incluso antes del lanzamiento de sus primeros satélites. Ojo, el Departamento de Defensa de Estados Unidos tenía ya su propio sistema de Internet, que en nada se parece al que el resto del mundo utiliza.

En el año 2019, ya durante la primera presidencia de Donald Trump, la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF) financió a SpaceX para evaluar la capacidad de conexión cifrada de los satélites Starlink con todas sus aeronaves militares.

Poco tiempo después, SpaceX recibió un contrato de 28 millones de dólares de la USAF para probar varios tipos de servicios estables de comunicación satelital para aeronaves de combate estadounidenses.

Finalmente, en mayo del 2020, el Ejército de Estados Unidos firmó un enorme acuerdo con SpaceX para utilizar la banda ancha de Starlink para la transmisión de datos a través de las redes militares que solo el Departamento de Defensa y SpaceX controlan.

El Poder Satelital de Starlink es único en el planeta. Este poder es obviamente de Elon Musk y eso lo hace a él también, único en el planeta.

Starlink controla más de 7 mil satélites. Ninguna entidad privada o pública en este mundo controla nada que siquiera le llegue cerca. Los analistas militares hoy se asustan de que el Pentágono haya desarrollado esta relación con Musk, y que eso lo lleve a conocer por dentro el enorme poder bélico estadounidense.

Por todo esto que le informo, en el 2021 SpaceX firmó un contrato clasificado por $1,800 millones de dólares con la Oficina Nacional de Reconocimiento, para lanzar una red de satélites para una versión cifrada de Starlink, propiedad del gobierno, para uso militar.

Finalmente, en septiembre de 2023, el programa “Starsfield”, que es la versión militar de Starlink, recibió su primer contrato de la Fuerza Espacial de los Estados Unidos para comunicaciones satelitales personalizadas. Trump creó esta fuerza espacial, “Space Force”, como una de las ramas de los servicios armados de Estados Unidos. Las otras ramas militares son: El Ejército, La Marina de Guerra, La Fuerza Aérea Militar, La Infantería de Marina y El Servicio de Guardacostas.

Hoy, en junio del 2025, el Departamento de Defensa depende en gran medida de los servicios de Starlink. No solo es el gobierno, aproximadamente 50 comandos militares lo utilizan también y han creado su “Estructura Estratégica de Seguridad” en las dos empresas controladas directamente por el señor Musk.

Así, en un golpe de genialidad, Starlink no forma parte del Departamento de Defensa, sino que su hermana, la entidad comercial llamada SpaceX, es la que desarrolla los servicios usados por el Pentágono.

Además, SPACEX, es la nueva NASA

SpaceX está hoy a cargo de desarrollar “Starshield”, una red satelital más robusta y segura diseñada específicamente para fines gubernamentales. Esta red proporcionará capacidades de observación de la Tierra, comunicaciones seguras y alojamiento de cargas útiles para misiones de seguridad nacional, garantizando que, en cualquier tipo de enfrentamiento armado, las fuerzas militares estadounidenses mantengan la ventaja en el dominio de la informática, las comunicaciones y la estrategia militar.

La capacidad de Starlink para desplegar una red de comunicaciones resistente y de baja latencia en cualquier parte del mundo. Es un cambio de juego para las operaciones militares modernas, que dependen cada vez más de la conectividad para todo, desde el comando y control, hasta la inteligencia y la logística.

Cualquier interrupción en este frente, podría tener un efecto particularmente descomunal en el llamado “Golden Dome”, que ya cuenta con un programa extremadamente ambicioso para desplegarse, al menos en su capacidad inicial.

¿Qué es el Golden Dome?

El “Golden Dome” es un escudo antimisil que protegería como un techo invisible a más de 10 millones de kilómetros cuadrados. Eso abarcará de esquina a esquina todo el territorio de Estados Unidos. La forma en la que este escudo funcionará es destruyendo en el espacio los misiles nucleares lanzados contra Estados Unidos. Será como destruir una bala con otra bala.

Este proyecto, el mayor escudo espacial antimisiles en la historia de la humanidad, requeriría de una red inmensa de satélites y de instalaciones en tierra. Todo eso existirá, bajo la supervisión tecnológica directa de Elon Musk, y ya está asentado así en los presupuestos y los planes de defensa nacional.

El Escudo Espacial

Imaginemos por un momento algo irreal y remoto, que en un momento podría convertirse en un “Peligro Claro y Presente"; un posible enfrentamiento con China.

Las capacidades espaciales y el acceso a las órbitas de ataque y de defensa serían cruciales para disuadir el resultado de un enfrentamiento así. Pero también serían necesarios si estallara un conflicto armado. Estados Unidos necesita prevalecer y para eso servirían las empresas de Musk.

Rusia también está invirtiendo en armas anti-espaciales exóticas y representa una amenaza creciente para el flanco oriental de la OTAN.

Por todo lo que le informo hoy aquí, usted se da cuenta de que el momento de una posible interrupción importante de la amistad de Trump con Musk, es extremadamente problemática. Le guste o no a Trump, Musk es el principal proveedor de acceso espacial civil y militar del gobierno estadounidense.

En general, desde un punto de vista puramente pragmático, rescindir los acuerdos existentes con las compañías de Musk, o bloquear los acuerdos futuros con ellas, podría tener impactos amplísimos a corto y largo plazo. Está claro que si eso ocurriese afectaría la capacidad de las fuerzas armadas estadounidenses en el envío de cargas útiles al espacio. Dese usted cuenta de que SpaceX se convirtió ya también, en el dominio más crítico en esta Tierra para detectar, comunicaciones estratégicas de todo tipo, lanzadas desde este planeta o desde el espacio.

El jueves de la semana pasada, Trump explotó diciendo que cancelaría todos los contratos con Musk, y Musk respondió que desbarataría todo su programa de cohetes espaciales Dragón. Como usted sabe el programa de cohetes Dragón es la única vía directa entre Estados Unidos y la Estación Espacial Internacional. Si este programa no existiera, Estados Unidos tendría que rentar los cohetes rusos como taxis para acceder al espacio.

Todo eso es super importante, por eso dos horas después del divorcio, tanto Musk como Trump se dieron cuenta de la realidad de lo que su separación representaba y los dos se echaron para atrás, y empezaron a moderar su pelea.

Como usted ve, el romance vuelto antipatía es muy complejo y los conflictos entre ambos se maximizan, porque son dos billonarios acostumbrados a dominar a cualquier costo. Son Godzilla peleando con King Kong, y el daño que le hagan a los humanos debajo de su pelea, no es algo importante para ellos.

Esta acción de poner en manos privadas la defensa del mundo occidental es un error y una lección que nadie debe olvidar. Dese usted cuenta de que si todo lo que le informo no cambia con Trump, cuando este presidente termine su periodo en enero del 2029, Musk seguirá siendo infinitamente más poderoso que él.

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